Antes que estallara el misil
en la trinchera
vi venir a los gurkas
y pensé que estaba listo.
Los ingleses me cosieron la cabeza
pusieron unas piezas de platino
me subieron al Canberra
como prisionero de guerra
desperté en altamar en Junio
bajé en Southampton
me exhibieron en el zoo con los monos
no me puedo quejar, comí bastante bien
hasta que vino el canciller y logró
mi liberación.
Bajé en el puerto de Buenos Aires
una noche de Octubre
conseguí trabajo en una pizzería de Retiro
cuando me pagan el sueldo
recuerdo con cariño
esa jaula en Londres.
Sin manual
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*La vida no tiene una receta. Tampoco un manual. Por suerte para muchos
hay unos guías denominados padres, término que, en ciertas ocasiones,
escapa a la ...
Hace 10 años
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