Blog de alumnos de la comisión 51 del taller de expresión, Cátedra Reale, de la carrera de Comunicación Social, Uba, coordinado por la profesora Claudia Risé y su alumno ayudante Lisandro Gallo.

viernes, 15 de enero de 2010

Proyecto Narrativo: "El testigo Silencioso" - (María Victoria Beistegui)

El testigo silencioso

“y el caminito que recorre se va a grabar en su recuerdo por (…) los adioses de la despedida que le acompañan aún en el silencio de la noche, y la dulzura próxima del retorno”
(Marcel Proust, Por el camino de Swann)

Un viaje puede significar muchas cosas en la vida de una persona. Viajar, palabra fugitiva que nos incita al movimiento tanto hacia los confines del mundo interior, como del mundo exterior.
Recuerdo los momentos previos al viaje en familia, solían ser un caos. Instantes de ansiedad, todos repasando mentalmente lo que sí debía llevarse y lo que no. Extraña sensación de entusiasmo. Partir, no importa lugar ni horario, día o estación. Sólo partir.

Ruta nacional Nº 3, sur. 630 kilómetros desde la Ciudad de Buenos se tiñen con el color del paisaje. Verde, azul, celeste, blanco y nuevamente verde. Fantástica línea del horizonte. Escenario de pura libertad. A 78 km. de la ciudad de Bahía Blanca, de donde es oriundo mi padre, un desvío anticipa que me deparan 30 km. de grandes médanos cubiertos por asfalto. Minutos más sólo será la calle angosta y el típico cartel verde (anuncio de ruta) el que me dé la bienvenida a: Monte Hermoso.

Monte Hermoso es un pequeño distrito ubicado sobre la costa atlántica. Su nombre hace referencia a un médano que alcanzó a medir 36 metros de altura siendo visible a gran distancia, en lo que se conocía como Punta Tejada. Originariamente las tierras que hoy lo integran fueron cedidas a mediados del siglo XIX a familiares de don Juan Manuel de Rosas. En el año 1879, Esteban Dufaur decidió comprar 4.000 hectáreas y encomendó a su hijo Sulpicio Esteban la tarea de organizar un establecimiento rural, teniendo en cuenta su ubicación de privilegio frente al mar.

El invierno siempre ha sido una estación particular para emprender viajes, el frío se escabulle por debajo de los abrigos y uno tiende a resguardarse de las actividades al aire libre. Las costas atlánticas de nuestro país pierden el color del verano con el que tanto se caracterizan y un aspecto gris se apodera tanto de las paredes de los edificios como de las puertas de las casas. La gente y los autos parecen desplazarse en cámara lenta o a una velocidad mínima. Si no fuese por el hecho de que en verdad el invierno no logra oscurecer en estos pagos el buen ánimo de los lugareños quienes atienden sus comercios con grandes sonrisas y siempre están dispuestos a charlar un ratito aunque sea sobre el clima, podría decirse que estamos frente a un clásico “pueblo fantasma”. En parte creo que la quietud se debe al hecho de que se avecina la hora de la siesta, un descanso general donde todo parece inmóvil con la excepción de algunos jóvenes lugareños inquietos o los antiguos visitantes de este lugar que saben de fríos y que prefieren emplear su tiempo en pasear, reencontrarse con todas aquellas cosas que vuelan en el recuerdo, como es mi caso.

Hasta el año 1935 Monte Hermoso pertenecía al partido de Bahía Blanca. Luego a través de un proyecto del legislador Gregorio Juárez se anexaron las tierras al partido de Coronel Dorrego del cual se independizó definitivamente un 1º de abril de 1979 primero bajo la forma de municipio urbano de Monte Hermoso hasta el 23 de mayo de 1983 cuando fue promulgada la ley 9949 designándolo: Partido de Monte Hermoso.

Recorrer, implica volver a caminar por calles que parecen contar historias y anécdotas. Noches de verano y fiestas de carnaval con mis hermanos y amigos, agua y espuma por doquier, música y mucho cuidado por miedo a perderme entre la multitud. El cuerpo popular y la efusión colectiva.
A pesar del correr del tiempo, hay cosas que perduran en sus mismas condiciones. Es justamente al lado del edificio más alto de Monte Hermoso, el cual logra cubrir la vista de las extensas playas y de aproximadamente toda la ciudad, donde permanece una vieja casita pequeña de color azul profundo. Aún hoy conserva un aspecto inocente que yo misma le atribuía en mi infancia gracias a la tranquilidad y a la calidez que me inspiraba. Aún hoy parece reunir todas las cualidades necesarias para hacer frente a la inmensidad del edificio que se alza a su lado izquierdo.
Por otro lado, nuevas calles pavimentadas se lucen en la entrada al centro de Monte Hermoso, varias propiedades horizontales con formato de galería, negocios de indumentaria, restoranes, servicios de alojamiento hotelero (el turismo de masas ha llegado al Partido de Monte) y los clásicos almacenes de los lugareños que abren sus puertas todo el año y en todo momento, obviando la hora de la siesta que como ya dije, es sagrada.
La casa de turismo, un negocio ubicado entre las nuevas construcciones, deja ver por detrás de sus vidrios llamativos anuncios que promocionan actividades de verano en las playas. Al parecer, Monte Hermoso crece.
Geográficamente se extiende a lo largo de 32 km. Tiempo atrás caminar largos tramos de playa, por momentos con suaves declives, me habría parecido eterno pero el pensamiento cambia cuando uno aprende a descubrir en el camino el amable viento que roza la cara.

Respirar. Sólo eso.

La práctica de caminar por las playas de Monte Hermoso ha de ser una costumbre legendaria en mi familia. Mi padre acompañado de mis tíos y mis abuelos emprendía la caminata hasta el final del partido donde se encuentra el faro una y otra vez, cada verano que se encontraban de visita. Años después, seríamos mis hermanos y yo acompañados de mis padres quienes disfrutaríamos de la extensión de las playas y la satisfacción de encontrar el destino.


-Si hay algo inolvidable y que caracteriza a este lugar es la salida y la puesta del sol sobre el mar, haciendo eternas las tardes y los días.


La pasividad de la tarde oponiéndose al ruido de las olas que se arman y se desarman chocando unas con otras me incitan al movimiento. El Sol aún se mantiene distante del mar y me hace saber que las horas se alargarán mucho más de lo que señala mi reloj. La arena debajo de mis pies es una agradable sensación de cable a tierra, una conexión particular entre el mundo y mi cuerpo, una fuerza que corre de pies a cabeza llenándome de energía. Caminar a orillas del mar implica una constante música de fondo, nada muy definido. El viento te despeina y las gaviotas parecen volar contra viento y marea.
A distancia se encuentra el muelle de pescadores. En mi infancia tenía un aspecto pobre, a medio terminar. En la actualidad se encuentra igual. Sus columnas parecen poco seguras pero aún así resisten con fuerza los golpes de las olas, esa fuerza extraordinaria que encarnan frente a la construcción.

El diario La nueva provincia publicó hace un tiempo la decisión de demoler ambos espigones que se encuentran en las playas de Monte Hermoso. A pesar de ser una decisión tomada, el Intendente del partido, Alejandro Dichiara, aseguró que sería un trabajo que llevaría mucho tiempo dada la dificultad de poder desmontar los pilotes del ras del piso hacia abajo. El deterioro es un hecho evidente que peligra a gran parte de quienes se encuentren por sus alrededores.

Año tras año, me sitúo debajo de las pasarelas de los muelles con el fin de retener en la retina de mis ojos la imagen de un mar enmarcado por las pilastras que los sostienen. Absurda paradoja de creer que la inmensidad encuentra límites.

En épocas de verano, a esta misma hora (6-7 de la tarde) los pescadores de redes portátiles despliegan su arte. Hombres y jóvenes de diferentes edades toman el carácter necesario para compartir un momento en conjunto y colaborar con el acto. Nadie dice que no a nadie, todos se ven envueltos en la expectativa del ritual. Sonrisas quedan plasmadas en las fotografías; el recuerdo de participar en una costumbre lugareña.

Fotografía: intento siempre vano de detener el tiempo. Perplejidad de encontrarse frente a lo perdido: la emoción de ese encuentro.


Inclinado en las tardes
tiro mis (…) redes
a tus ojos oceánicos.

Cruzando el espigón, el Faro Recalada, icono del fin del partido de Monte Hermoso, se vuelve el único vigía de estas playas desoladas. La soledad sin parecerse a ella se acompaña del sonido del mar y uno cree caminar en búsqueda de ese fin que puede hacerse llamar destino. Destino como fin del camino, destino como reencuentro con uno mismo, destino como apropiación o meta de lo que vendrá, destino como verdad. Destino, deseos de búsqueda y de conquista.

Entre el espigón y el faro, entre el mar y una serie de murallas.

Paredes desgastadas por el correr de los vientos se elevan a mi costado para evitar inundaciones provenientes de las tormentas marinas en lo que es denominado el Barrio de los pescadores. Un barrio compuesto por apenas seis casas que disfrutan de la vista directa del mar y una calle de tierra arenosa que las separa de verdes prados abundados en vegetación. Ambos paisajes, postales naturales.

Pienso que debe ser difícil vivir acompañado de esta constante música, de día y de noche, de mañana y de tarde el ir y venir de las olas, sumado a un faro intimidante que parece mirarlo, escucharlo y saberlo todo.


No sé si aprendo música o conciencia (…)
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.


Un par de metros bastan para descubrir ornamentaciones sobre estas murallas. Diferentes caparazones o caracolillos hacen a las decoraciones un arte inusual que genera en quien lo observe las ganas de querer pasar su mano por encima, sentir sus texturas y formas, apelar al tacto humano, más allá de la visión que curiosamente a corta distancia se confunde y masifica, y en lejanía grande es la diferencia que puede hacer sobre cada uno de los dibujos: peces, moluscos, tiburones y pulpos. Más allá de toda posible definición, sigo sin encontrar una explicación que cubra al arte. Simplemente sucede y no importa lugar o material, ni el quién o el cómo. El arte tampoco resiste a los límites. Es necesario para todos.

Importante. La naturalidad de la que tanto se habla hoy en día, tiempos pasados abría paso al hallazgo de almejas y ostras de grandes tamaños en las orillas de las playas más alejadas, es decir, ¡estas orillas!...Al parecer, la acción depredadora del hombre fue mermando con todo ello.

Conciencia. Lo que el hombre destruye lo destruye para siempre.

Es la costumbre la que nos hace situarnos constantemente frente a la mirada de un mar que luce su horizonte como sombrero elegante. Pocas veces nos damos vuelta para asombrarnos de la orilla que mira. El mar y su horizonte, el partir. La orilla, es de los que se quedan.
De esta forma el mar permanece a nuestras espaldas (aún así, siempre presente). Son 7 los kilómetros desde donde me encuentro a la ciudad balnearia de Monte. La vista se alborota llenándose de un color verde bosque. En dirección crecida hacia el cielo: el Faro Recalada.

La historia a cerca de los faros encuentra orígenes en el uso de señales luminosas destinadas a guiar a los navegantes. En sus comienzos solía tratarse de fogatas que ardían en lo alto de una colina próxima a la costa, de modo que fuese suficientemente visible desde el mar. Con el correr de los años, columnas y torres fueron siendo perfeccionadas, sus luces guías sufrieron varias transformaciones hasta alcanzar la energía eléctrica que hoy utilizan.


-El amor por el mar, la visión reconfortante de la luz en la recalada, las muchas horas dedicadas a contar los segundos entre ciclo y ciclo.
La historia de los faros en Argentina reconoce como un hito importante el año 1881, cuando en el mes de febrero el presidente Julio Argentino Roca creó la comisión de Faros y Balizas con el objetivo de estudiar la señalización de la costa atlántica. El 22 de noviembre de ese mismo año se instaló una farola de gran alcance en la cima del accidente costero, el cual posteriormente conoceríamos como Monte Hermoso, siendo la única señal para ingresar a cualquiera de los seis puertos de Bahía Blanca. La inauguración oficial del Faro Recalada fue llevada a cabo un 1º de enero de 1906. Su construcción habría sido decidida en el año 1904 y fue dirigida por el Ingeniero Luiggi, quién también dirigió la construcción de la base Naval Puerto Belgrano. Los materiales fueron provistos desde Francia por la misma empresa que se haría cargo de la construcción de la torre Eiffel.
Un siglo atrás, el lugar presentaba varias y serias dificultades para el transporte de materiales, pues estaba cerrado por cadenas de médanos vivos. Dadas las circunstancias, tuvo que adoptarse el envío por mar para hacer llegar a la zona los insumos necesarios para la construcción. Trasladada por la empresa Barbier Bernad y Turenne fue embalado en unos 100 cajones con etiquetas en las que podía leerse el destino, Monte Hermoso.
El Faro Recalada ubicado en el final del partido de Monte Hermoso (a 11 kilómetros de la desembocadura del río Sauce Grande) trata de una inmensa torre metálica que se compone de un tubo central que alberga 293 escalones que hay que ascender si se quiere alcanzar la garita de iluminación. La enormidad de su tamaño obligó a sus cimientos ubicarse hundidos 9 m por debajo de la superficie del terreno.

Entrecerrar los ojos, tratar de retener con la mirada. Intimida verse frente a semejante construcción. Su altura logra apoderarse del mar, de las costas cercanas y de las lejanas, de todo el partido de Monte Hermoso e incluso más allá del mismo.
Mi padre me contaba que en su infancia el juego que mi abuelo le proponía al él y sus hermanos era descubrir la luz del faro aún viajando en la ruta. De esta forma, las narices contra el vidrio de la ventana del auto bastaban para deleitarse con el primer minúsculo punto brillante en la oscuridad de la noche que marcaría el destino al que esperaban arribar.





Todavía en los ojos siento esa luz burlona
de miles de faroles sobre el tropel de pasos


El faro sabe de historias y leyendas. La del velero Lucinda Sutton solía ser aquella que siempre agrandaba de asombro nuestros ojos.
Los hechos reales habían sido los siguientes. Un primero de abril de 1917, una importante carga de madera proveniente del velero norte americano fue arrojada al mar en las cercanías del Faro para evitar su naufragio. Las tablas, desplegadas por las playas dieron a Estaban Dufaur la idea de crear el primer Hotel de Madera frente al mar. El cual fue deteriorándose dejando rastros de su lujo y elegancia en el recuerdo de quienes lo conocieron.
El misterio que tanto nos asombraba tenía un origen posterior. Había quienes decían que cada primero de abril en plena oscuridad de la noche al pie del faro, un feroz oleaje acercaba a las orillas grandes cantidades de madera. A la distancia la luz del faro delataba un velero que se esfumaba en el horizonte, sembrando la duda. Lo extraño era, que ningún barco o velero se encontraba registrado en las rutas de navegación y todo lo que se veía, incluso las grandes maderas no encontraban proveniencia…

Tiempo que no parece estar cuantificado. Un diálogo interno; debatir para tratar de entenderlo todo.

Son muchos los escritores, poetas que han hecho de los mares y de los faros, protagonistas por excelencia. Se encuentran en la búsqueda, saben y nos enseñan a mirar sus encantos y sus historias. Esa rara manera de reanudar, reencontrar, redescubrir sentidos.


Es probable que nunca haya respuesta
pero igual seguiremos preguntando
(…)

¿por qué fascina el mar?
¿qué significa ese enigma que queda
más acá y más allá del horizonte?


Me pregunto por la existencia y su verdadera utilidad. El faro, su connotación con el destino como con el viaje mismo. La confianza de ser guiados por iluminas conocidas o desconocidas que se cruzan en nuestras rutas, caminos y fronteras. Luces que han servido de guía ante lo desconocido, que han mantenido vivas esperanzas y han acercado otras. Compañía para quienes se han encontrado rodeados de inmensos kilómetros de agua o extensos pensamientos, dudas que atraviesan por demás nuestras mentes. Viajamos a los confines del mundo interior en búsqueda de nuestra propia identidad y tal como lo hacía en mi infancia, simplemente partí. Me vi envuelta en diferentes luces, destellos de lo que puedo ser y de lo que fue.


Es tu faro. Es tu luz, la que buscas,
al borde del acantilado,
en el mirador donde tu memoria
se llena de sueños nuevos.


Los recuerdos y la memoria reviven. Reaparecen para afianzar y consolidar, para poder desplegar mapas inteligibles que hagan inmediato lo distante, visible lo invisible . Desarrollar la memoria es poner en cuestión un nuevo punto de partida hacia lo siguiente. Sin embargo, el mar provoca olvidarnos en seguida de dónde habíamos venido, sin preocuparnos hacia dónde íbamos, viviendo sólo el momento presente. Su perfección suspende el tiempo. Con el parpadear todo se reconstruye, el pasado, el presente, el futuro.


y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento


En el cielo, desplegado el último color del faro. Su silencio trasmite una turbadora tensa y elemental melancolía . La vista se agudiza. Inmortalizo el momento en que nuevamente fui minúscula ante él. Algo paraliza pero no hace vacilar los recuerdos. Es entonces cuando el sonido del mar parece desaparecer, los oídos se tapan, los pies se vuelven firmes raíces que crecen en el suelo y el cielo nuestra propia cabeza o techo. Las dudas o pensamientos se evaporizan para resurgir en cualquier otro soplo de viento. En el desenlace de los hechos todos escuchan al testigo silencioso.

Proyecto Narrativo: Diario del cronista - (María Victoria Beistegui)

Sábado 4 de Julio de 2009

Desde el último encuentro de Taller en mi mente vuelan ideas, textos y lugares... Para llevar a cabo el proyecto de escritura, decidí trabajar con la crónica, siendo éste el género que me resulta más cómodo.

De los diferentes territorios a leer me incliné hacia el de Misiones debido a mi interés por las crónicas de Martín Caparrós, de quien tanto había escuchado hablar y nunca tuve la oportunidad de leer alguno de sus textos, y por cierta afinación con la provincia en sí debido a que parientes y amigos viven allá.

Hasta el día de hoy, llevo leídas las crónicas de Martín Caparrós y un cierto favoritismo por aquella que titula "Cataratas".
Me simpatiza su forma de narrar. Permite al lector acceder, ser partícipe tanto de los lugares que visita, como a los diálogos que establece y por sobre todo a sus vivencias incluyendo anécdotas, pensamientos, estados de ánimos (algunos variables con el clima) y demás situaciones que se encarnan en las palabras con las cuales nos “habla”.

Al mismo tiempo me sumergí en el cuadernillo de Viaje y Escritura:
Una metáfora viva de Celia Güichal. El viaje y todo lo que implica tanto mentalmente como físicamente. El cruce de fronteras y fundamentalmente, la necesidad del relato.
Larga distancia de Caparrós. El lado aún más humano del cronista. Su lucha contra el tiempo e imprevistos.

En un primer momento, al organizar mi trabajo, y tener decidido con qué género iba a trabajar pensé inmediatamente en irme a Monte Hermoso, situado a 100 km. de Bahía Blanca donde pasé muchos veranos de mi infancia. Volver a reencontrarme con ese lugar tan querido para mí, tanto como para mi familia, e incluso investigar a cerca del Faro, un buen parámetro para lo que es el viaje en sí. Sin embargo, por ciertas complicaciones, mis planes se hicieron agua...
Acá me encuentro, nuevamente pensando un destino a trabajar. Apoyándome en los textos.

Miércoles 8 de Julio de 2009

Continúa mi lectura. Avanzo en textos como Escritores Crónicos de María Moreno, Contra el Turismo de Diego Tatián y el poema de Césare Pavese Los Mares del Sur, todos ubicados en el cuadernillo de Viaje y Escritura.

Creo que pocas veces nos planteamos la existencia de alguna diferencia entre lo que es el viajar y lo que es el turismo en sí. Diego Tatián en su texto parece ser el encargado de explicarla, de replantearnos sus contrastes y por sobre todo replantearnos a nosotros mismo una nueva forma para viajar y mirar.
El turismo (…) destruye al mundo en un sentido imaginario y simbólico, pues consuma de la manera más contundente la pérdida de la experiencia…

Escritores Crónicos no escapa a los planteos de la mirada, sin embargo lo retoma desde el ángulo de la crónica como género: La crónica aumenta nuestra comprensión y conocimiento (…) no hace falta ir en busca de lugares ajenos o de temas exóticos. Se trata de mirar con nuevos ojos.

En el poema de Pavese encuentro el tema del “faro” que tanto me interesa. Algo misterioso parece resurgir en lo que se cuenta. Luces a lo lejos, el silencio que dura…

Teniendo en cuenta las diferentes lecturas y mis primeras ideas, retomo la propuesta de mi profesora de reconstruir a partir del recuerdo y testimonios cercanos mi tan añorado Monte Hermoso y el Faro Recalada. Es decir, poner en práctica ese “mirar con nuevos ojos”.
Tengo la intención de hacer de mi proyecto narrativo una crónica que reúna todas estas referencias, incluyendo al mismo tiempo algunos datos históricos que sitúen al lector en el espacio. Veré también la forma de desarrollar variantes fricciónales que surjan en el momento de la narración con la intención de enriquecer a la crónica del recuerdo.

Jueves 9 de Julio de 2009

Retomo el Territorio de Misiones y me dedico a la lectura de los textos de Rodolfo Walsh, La Argentina ya no toma mate, Kimonos en la tierra roja, El país de Quiroga.
Los diferentes textos son meros reflejos de las diferentes realidades (tristes realidades) que se fueron llevando a cabo en la provincia de Misiones. Walsh, a diferencia de otros autores, parece introducirse en las historias que comparten las personas pero desde una situación de compromiso. Da a conocer, invita a la reflexión, al ¿por qué? y nos presenta desde los diferentes títulos, situaciones en búsqueda de un desenlace que espera tener recompensa y sin embargo, nunca llega.

Compenetrada en las diferentes historias, las hojas pasan y me adentro en Los desterrados y Los destiladores de naranjas. Los textos de Quiroga generan un clima de tensión e intriga. Siempre constante, guiada por la tragedia de su vida, los textos se tiñen de cierto dramatismo que logran “confundir” a la realidad sin desprenderse de cierta ficción de cuento. Muy en el recuerdo mantengo mis primeros textos de lectura: Cuentos de la Selva, del mismo autor.

Sábado 11 de julio de 2009

Con la ayuda de mi madre reviso todo los álbumes de foto habido y por haber en cada uno de los cajones de mi casa. Sinceramente pensé que las fotos de Monte Hermoso iban a desbordar en cuanto a cantidad. Sin embargo, las fotos encontradas son suficientes como para remontarme a mi infancia allá.

Las extensas playas. Los vientos. Las redes de pesca que dejaban participar a todos aquellos que estuviéramos en el lugar. El viejo muelle. El sol sobre el mar. Las caminatas en familia. La pared de caracoles. Las fiestas de carnaval. La vegetación y el esperado Faro Recalada.
Hablo con mis hermanos y recordamos aún más algunas de las situaciones mencionadas. Espero ansiosa los recuerdos que pueden surgir de mi padre dado que es él quien más conoce de esta ciudad.

Domingo 12 de Julio de 2009

Confío en el poder de Internet y busco información sobre Monte. Encuentro desde su origen e incluso la historia del primer hotel y cómo se construyó el Faro.

Monte Hermoso:

- Nombre: referencia a un médano que alcanzó a medir 36 metros de altura.
- Las tierras que hoy integran Monte Hermoso, fueron cedidas (siglo XIX) a familiares de don Juan Manuel de Rosas.
- 1879: Esteban Dufaur compra 4.000 hectáreas.
- El 1º de abril de 1979 fue creado el municipio urbano de Monte Hermoso y a partir de mayo de 1983 se denominó oficialmente, partido de Monte Hermoso.
- Se puede llegar por la ruta nacional Nº 3.
- Limita al norte con el partido de Dorrego y al oeste con el partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales
- 1 de abril de 1917 una gran carga de madera desde el velero norte americano Lucinda Sutton, es lanzada cerca del balneario con la intención de evitar su naufragio.
- En enero de 1918, denominado surge el “Hotel Balneario Monte Hermoso”. Ubicado a unos 7 km. del poblado, por camino sinuoso. Construido con aquellas maderas.
- Este hotel, hoy desaparecido, se destacó por el buen gusto, la suntuosidad y la elegancia de su estructura.
-
Faro Recalada:
- El Faro Recalada: fue inaugurado un 1º de enero de 1906.
- Está ubicado 7 km al este de la ciudad Balnearia de Monte Hermoso.
- Construcción decidida en 1904.
- Materiales suministrados desde Francia por la misma empresa que encaminó la construcción de la torre Eiffel.
- Dirigido por el Ingeniero Luiggi.
- Torre compuesta por: un tubo central de 1,50 m de diámetro, cuenta con 293 escalones y ocho columnas laterales de hierro fundido.

Entre tanto, descubro un texto titulado Tres de Agosto de Juan Rognoni, una historia narrada en la ciudad de Monte Hermoso. Pienso que parte del texto puede servirme para asentar aún más mis recuerdos.

Juan Rognoni nació en Bahía Blanca, en 1976. Estudió Dirección y Guión de televisión en la ciudad de Buenos Aires. Escribió y dirigió una serie de cortometrajes, de los cuales transformó una de las historias escritas para cine en novela literaria, con la que pretende que el lector se introduzca más profundamente en el pasado y la vida de cada uno de los doce personajes que la componen.

Jueves 16 de Julio de 2009

Termino de leer el cuento de Juan Rognoni, Tres de Agosto, bajado desde Internet. Muchos de sus capítulos tientan a la nostalgia del recuerdo, como pretendo que lo haga mi trabajo. Otros, a situaciones ajenas, historias que sin embargo entrelazan aspectos y cosas de la ciudad de Monte Hermoso rondando en la cotidianidad de la vida del lugar que como ya dije, reafirman mis recuerdos y los testimonios de mi familia. Su forma narrativa me remonta a una situación de diálogo. El autor parece mezclarse con el personaje y yo como lectora renuevo sensaciones en mi interior. Monte Hermoso hecho palabras e historia.

Ignacio dejó de mirar el faro y enseguida bajó con su bolso a la playa, la cual se encontraba completamente vacía al ser invierno, sobre todo a esas horas de la mañana. (…)Llegó a un viejo espigón abandonado que observó con curiosidad y se preguntó para que serviría. (…) Al llegar a una zona de humildes casas que se ubicaban a varios metros de altura por encima de la playa, vio que una pared de grandes piedras se encontraba decorada con caracoles pegados. Le llamó la atención y se acercó. Ignacio tocó los caracoles pegados a la pared sintiendo las diferentes texturas y formas que éstos tenían.

Años corren por mi mente. Una y otra vez la misma escena, mi mano sobre los caracoles…la inmensidad de las paredes, el mar y el faro cubriéndolo todo.

Sábado 18 de Julio de 2009

Después de organizarme, armar un cuadro con los temas principales que quería abarcar, recuerdos y de más datos, decidí enfrentar la hoja en blanco de la computadora y empezar a escribir mis primeras ideas.

Durantes los siguientes días continúe desarrollando mi proyecto hasta alcanzar un primer boceto. Incluidos en él presento fotos que me han servido de guía para poder explayarme sobre algunas cosas, averiguaciones históricas y los testimonios de mi familia. Sin embargo, me gustaría profundizar en determinados aspectos, por sobre todo lo que es el tema del faro en sí.

El testigo silencioso

Un viaje puede significar muchas cosas en la vida de una persona. Viajar, palabra fugitiva que nos incita al movimiento tanto hacia los confines del mundo interior, como del mundo exterior.
Hace un par de años atrás los momentos previos al viaje en familia solían ser un caos. Instantes de ansiedad, todos repasando mentalmente lo que sí debía llevarse y lo que no. Extraña sensación de entusiasmo. Partir, no importa lugar ni horario, día o estación. Sólo partir.

Ruta nacional Nº 3, sur. 630 kilómetros desde la Ciudad de Buenos se tiñen con el color del paisaje. Verde, azul, celeste, blanco y nuevamente verde. Fantástica línea del horizonte. Escenario de pura libertad. A 78 km. de la ciudad de Bahía Blanca, de donde es oriundo mi padre, un desvío anticipa que me deparan 30 km. de grandes médanos cubiertos por asfalto. Minutos más sólo será la calle angosta y el típico cartel verde (anuncio de ruta) el que me de la bienvenida a: Monte Hermoso.

Monte Hermoso es un pequeño distrito ubicado sobre la costa atlántica. Su nombre hace referencia a un médano que alcanzó a medir 36 metros de altura siendo visible a gran distancia, en lo que se conocía como “Punta Tejada”. Originariamente las tierras que hoy lo integran, fueron cedidas a mediados del siglo XIX a familiares de don Juan Manuel de Rosas. En el año 1879, Esteban Dufaur decidió comprar 4.000 hectáreas de estas tierras y encomendó a su hijo Sulpicio Esteban la tarea de organizar un establecimiento rural, teniendo en cuenta su ubicación de privilegio frente al mar.
El invierno es una estación particular para visitar las costas atlánticas de nuestro país. Todo el color del verano parece desvanecerse. Es justamente aquí, a pesar de tibio sol que nos cubre, donde un aspecto gris se apodera tanto de las paredes de los edificios como de las puertas de los negocios. Sin embargo, no logra oscurecer el buen ánimo de los lugareños quienes atienden sus comercios con grandes sonrisas y siempre están dispuestos a charlar un ratito aunque sea sobre el clima. En parte creo que esto se debe al hecho de que se avecina la hora de la siesta, un descanso general donde todo parece inmóvil con la excepción de algunos jóvenes lugareños inquietos o los antiguos visitantes de este lugar, que prefieren emplear su tiempo en pasear o volver a reencontrarse con todas aquellas cosas que vuelan en el recuerdo, como es en mi caso.
Hasta el año 1935 Monte Hermoso pertenecía al partido de Bahía Blanca. Luego a través de un proyecto del legislador Gregorio Juárez se anexaron las tierras al partido de Coronel Dorrego de quien se independizó definitivamente un 1º de abril de 1979 primero bajo la forma de municipio urbano de Monte Hermoso hasta el 23 de mayo de 1983 cuando fue promulgada la ley 9949 designándolo: Partido de Monte Hermoso.
Son pocos los cambios que se han dado con el correr del tiempo. Algunos edificios nuevos, un par de calles pavimentadas, dos o tres propiedades horizontales con formato de galería. En la casa de turismo (un negocio ubicado en el centro del partido) me han dicho que las actividades acuáticas son la nueva innovación. Al parecer las playas un poco más alejadas del centro son ocupadas por todos aquellos que desean pasar las tardes practicando jet sky. Interesante sí…pero Monte Hermoso solía particularizarse por conservar la paz en sus playas.
Monte Hermoso no es un partido muy grande. Su extensión se limita en 3 o 4 kilómetros a lo ancho de sus playas. Caminar estas cuadras tiempo atrás me habría parecido eterno, pero el pensamiento cambia cuando se aprende a descubrir en el camino plazas llenas de altos árboles, veredas limpias y el amable viento que roza tu cara.

Respirar. Sólo eso.

-Si hay algo inolvidable y que caracteriza a este lugar es la salida y la puesta del sol sobre el mar, haciendo eternas las tardes y los días.

La costumbre de caminar por las playas de Monte Hermoso ha de ser algo legendario en mi familia. Mi padre acompañado de mis tíos y mis abuelos emprendían la caminata hasta el final de las playas donde se encuentra el faro una y otra vez, cada verano que se encontraban de visita. Lo mismo sucedía con mis hermanos y conmigo.
La pasividad de la tarde oponiéndose al ruido de las olas que se arman y se desarman chocando unas con otras me incitan al movimiento.
Siempre pensé que la arena bajo mis pies es una agradable sensación de cable a tierra. Una conexión particular entre el mundo y mi cuerpo.
Caminar a orillas del mar implica una constante música de fondo. El viento te despeina y las gaviotas parecen volar contra viento y marea.
A distancia se alza el muelle de pescadores. Aún en mi infancia tenía una apariencia pobre, a medio terminar. En la actualidad se encuentra igual. Sus columnas parecen poco seguras pero aún así resisten con fuerza los golpes de las olas, esa fuerza extraordinario que encarnan frente a la construcción.
Año tras año tengo la costumbre de situarme debajo de las pasarelas de los muelles con el fin de retener en mi retina la imagen de un mar enmarcado por las pilastras que los sostienen.
Absurda paradoja de creer que la inmensidad encuentra límites.

En épocas de verano, a esta misma hora (6-7 de la tarde) los pescadores de redes portátiles despliegan su arte. Hombres y jóvenes de diferentes edades toman el carácter necesario para compartir un momento en conjunto y colaborar con el acto. Nadie dice que no a nadie. Todos se ven envueltos en la expectativa del ritual. Las sonrisas son plasmadas en las fotos que demuestra la participación de la gente en una costumbre lugareña.

Inclinado en las tardes
tiro mis (…) redes
a tus ojos oceánicos.

La distancia hacia mi destino se acorta. Mi próxima meta visible se vuelve el Faro. Sus colores blanco y rojo no pasan desapercibidos y su base parece estar cubierta por una abundante vegetación.
Si bien a la altura del centro las playas se encontraban prácticamente desérticas, aún más alejados de ellas, parecen vacías. La soledad sin parecerse a ella se apodera de todo. Paz.
A mi izquierda se alzan altas murallas, paredes desgastadas por el correr de los vientos pero que sirven para evitar inundaciones provenientes de las tormentas marinas en lo que es denominado el Barrio de los pescadores. Un barrio compuesto por apenas 6 casas que se sitúan entre la vista directa al mar y una calle de tierra arenosa que los separa de verdes prados. Ambos paisajes, postales naturales.
Años atrás esta naturalidad de la que tanto hablamos abría paso al hallazgo de almejas y ostras de grandes tamaños que acaparaban las orillas de estas playas. Hoy en día, la acción depredadora del hombre fue mermando con todo ello.

Conciencia. Lo que el hombre destruye lo destruye para siempre.

Un par de metros más bastan para descubrir en éstas murallas decoraciones hechas con conchillas. Un arte extraño que genera en quien lo observe las ganas de querer pasar su mano por encima, apelar al tacto humano más allá de la visión que curiosamente a cercana distancia se confunde, masifica y en lejanía, grande es la diferencia que puede hacer sobre cada uno de los dibujos: peces, moluscos, tiburones y pulpos.
Por primera vez, el horizonte del mar queda como protagonista secundario para otorgarle mayor importancia a la enormidad de las paredes que acompañan al Faro Recalada situado frente al mar.
La inauguración del Faro Recalada fue llevada a cabo un 1º de enero de 1906. Su construcción habría sido decidida en el año 1904 y fue dirigida por el Ingeniero Luiggi, quién también dirigió la construcción de la base Naval Puerto Belgrano. Los materiales fueron provistos desde Francia por la misma empresa que se hiciera cargo de la construcción de la torre Eiffel.
Un siglo atrás, el lugar presentaba serias dificultades para el transporte de materiales, pues estaba cerrado por cadenas de médanos vivos. Por esta razón, tuvo que adoptarse el transporte por mar para hacer llegar a la zona los insumos necesarios para la construcción. Transportada por la empresa Barbier Bernad y Turenne fue embalado en unos 100 cajones con etiquetas en las que podía leerse el destino, Monte Hermoso.
Imposible no sentirse intimidado ante la inmensa torre metálica. Sus largos metros de altura y sus 293 escalones logran apoderarse del mar, de las costas cercanas y de las ajenas, de todo el partido de Monte Hermoso e incluso más allá del mismo.
Mi padre me contaba que en su infancia el juego que mi abuelo le proponía al él y sus hermanos era descubrir la luz del faro aún viajando en la ruta. De esta forma, las narices contra el vidrio de la ventana del auto bastaban para deleitarse con el primer minúsculo punto brillante en la oscuridad de la noche que marcaría el destino al que esperaban arribar.


Todavía en los ojos siento esa luz burlona
de miles de faroles sobre el tropel de pasos.

El faro siempre ha tenido connotación en el destino como el viaje mismo. Desde la antigüedad los navegantes han confiado en las iluminas fijas de la costa para ser guiados por el mar. Sus luces han servido de guía ante lo de desconocido, han mantenido vivas esperanzas y han acercado otras, han servido de compañía para quienes se han encontrado rodeados de inmensos kilómetros de agua.
En lo personal el faro siempre ha sido mucho más. Somos nosotros, los hombres quienes nos hemos planteado nuestro origen y nuestro destinto en nuestro accionar, en nuestro que hacer, en nuestros escritos y en nuestro pensar. Hemos viajado a los confines del mundo interior en búsqueda de nuestra propia identidad. Nos hemos vistos envueltos en diferentes luces, destellos de lo que puede ser y de lo que fue. Luces que han servido de guías para nuestro caminar. Todo encuentra representación en el faro y en su utilidad.
Extraña sensación es la que se propaga por el cuerpo en el momento que alzamos la vista en búsqueda de la cúspide del faro. Nuestra vista se agudiza e intentamos inmortalizar el momento en que fuimos minúsculos ante él. El sonido del mar parece desaparecer, los oídos se tapan, los pies se vuelven firmes raíces que crecen en el suelo y el cielo nuestra propia cabeza o techo. Nadie habla. Todos escuchan al testigo silencioso.


Jueves 23 de Julio de 2009

A partir de mi primer boceto de proyecto, traté de buscar más información sobre algunas cosas que me parecía que habían quedado muy por sobre la superficie (historia de los faros en general y en Argentina; espigones/muelles de Monte Hermoso). Es por esto que reescribí algunos párrafos del proyecto para cumplir con este propósito. A continuación, la información encontrada:

Historia de los Faros / Faro Recalada
Definición de faro: un faro es una torre situada cerca de la costa o junto a ella, que se ubica en los lugares donde transcurren las rutas de navegación de los barcos y que dispone en su parte superior de una lámpara potente, cuya luz se utiliza como guía.
- Historia de los faros en Argentina: importante desarrollo en el año 1881, cuando en el presidente Julio Argentino Roca creó la comisión de Faros y Balizas con el objetivo de estudiar la señalización de la costa atlántica.
- El 22 de noviembre de 1881 se instaló una farola en Monte Hermoso, una colina ubicada sobre un médano cercano a Punta Alta. La única señal para ingresar a cualquiera de los seis puertos de la ría de Bahía Blanca.

Fragmento del diario relacionado con los espigones en demolición en Monte Hermoso, ya que como mencioné en mi primer boceto de trabajo se encuentran deteriorados, con un aspecto a medio terminar. Finalmente parece que después de tantos años se ha encontrado una solución para su peligroso derrumbe:






La Nueva Provincia
Domingo 4 de enero de 2009
Monte Hermoso: Los espigones, a demolición

(…)"La decisión ya está tomada", dijo el intendente Alejandro Dichiara. Dos vigas se han caído en las últimas semanas y las autoridades insisten, más allá de las nuevas señalizaciones que se incorporaron en los sectores este y oeste, en que está prohibido permanecer en dichos sectores.
"Están terriblemente deteriorados y no tiene sentido esperar más”
El primero que será demolido será el ubicado en el sector oeste, el más reflejado en imágenes turísticas por tratarse de donde se pone el sol (…)


Viernes 24 de Julio de 2009

Teniendo en cuenta el comentario guía de mi profesora, reactivé una búsqueda sobre textos poéticos en relación con el mar, los faros, etc. e investigué a cerca de Marcel Proust y sus obras.
Al mismo tiempo, comencé a leer el libro Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, con la intención de encontrar algún otro elemento que pudiera sumar a mi trabajo.

Los placeres y los días- Marcel Proust (fragmento)

Como la naturaleza, la inteligencia tiene sus espectáculos. Nunca las auroras, nunca los claros de luna que me han hecho delirar tan a menudo hasta las lágrimas, han sobrepasado para mí en apasionada ternura ese amplio incendio melancólico que durante los paseos del final del día, matiza tantas aguas en nuestra alma, que el sol cuando se pone, hace brillar en el mar. Entonces precipitamos nuestros pasos en la noche. Más que un jinete al que aturde y embriaga la velocidad creciente de un animal adorado, nos entregamos temblando de confianza y alegría a los pensamientos tumultuosos a los que, cuanto más los poseemos y los dirigimos, sentimos pertenecer cada vez más irresistiblemente.
Es con emoción afectuosa como recordaremos el campo oscuro y saludaremos las encinas llenas de noche, como el campo solemne, como los testigos épicos del impulso que nos arrastra y que nos embriaga. Elevando los ojos al cielo, no podemos reconocer sin exaltación, en el intervalo de las nubes aún conmovidas por la despedida del sol, el reflejo misterioso de nuestros pensamientos (…)

El fragmento presente reavivó una serie de cuestionamientos que fueron desplegados en proyecto narrativo. Como dice Caparrós, muchas veces “miramos la naturaleza como paisaje, como escenario inmóvil”, sin embargo, junto a ellos descansa el poder de generar emociones, dudas, nostalgias, melancolías…
Las caminatas al fin de Monte Hermoso, el Faro Recalada, hacen desbordar imágenes y pensamientos que durante mucho tiempo permanecieron resguardados de las palabras, y en la actualidad fluyen en este proyecto. El fragmento de Marcel Proust parece funcionar como resorte, pie o inició a las palabras que se revelaron después.





Por el camino de Swann- Marcel Proust (fragmento)

"Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces, apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan presto, que ni tiempo tenía para decirme:"Ya me duermo". Y media hora después despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería dejar el libro, que se me figuraba tener aún entre las manos, y apagar de un soplo la luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre lo recién leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas reflexiones, porque me parecía que yo pasaba a convertirme en el tema de la obra, en una iglesia, en un cuarteto, en la rivalidad de Franciso I y Carlos V. Esta figuración me duraba aún unos segundos después de haberme despertado: no repugnaba a mi razón, pero gravitaba como unas escamas sobre mis ojos sin dejarlos darse cuenta de que la vela ya no estaba encendida. Y luego comenzaba a hacérseme ininteligible, lo mismo que después de la metempsicosis pierden su sentido los pensamientos de una vida anterior; e asunto del libro se desprendía de mi personalidad y yo ya quedaba libre de adaptarme o no a él; en seguida recobraba la visión, todo extrañado de encontrar en torno mío una oscuridad suave y descansada para mis ojos, y aún más quizá para mi espíritu, al cual se aparecía esta oscuridad como una cosa sin causa, incomprensible, verdaderamente oscura. Me preguntaba qué hora sería; oía el silbar de los trenes que, más o menos en la lejanía y señalando las distancias, como el canto de un pájaro en el bosque, me describía la extensión de los campos desiertos por donde un viandante marcha de prisa hacia la estación cercana; y el caminito que recorre se va a grabar en su recuerdo por la excitación que le dan los lugares nuevos, los actos desusados, la charla reciente, los adioses de la despedida que le acompañan aún en el silencio de la noche, y la dulzura próxima del retorno. "

Cuántas veces habré meditado a cerca de los restos diurnos que logran apoderarse de todos los sueños… y por momentos los sueños no son sueños sino acciones vivas en presente que se cubren de un recuerdo y parecen estar de manera furtiva. Al escribir los recuerdos se desatan, se refrescan dejando una fuerza tan vivaz que uno asume el rol de protagonista simplemente desde el pensamiento.

Lunes 27 de Julio de 2009

Continúo trabajando con las propuestas de mi profesora y compañera de trabajo.
Finalizo de leer el texto de Bach, Juan Salvador Gaviota. Sin bien no encuentro en él, más allá de la forma en que los protagonistas describen el mar y con la cual me identifico, algo específicamente que pueda ayudar con mi trabajo encontrarme con éste libro fue algo emocionante. Sabe de libertad, pone alas a la vida.

Martes 4 de Agosto de 2009

Creo tener prácticamente listo mi proyecto narrativo y digo creo, porque hasta el último momento soy capaz de cambiar simplemente una coma por un punto. Lo leí y lo modifiqué las veces necesarias hasta encontrarme conforme. A mi parecer toma un carácter personal tanto narrativo como memorioso, nostálgico, que por momentos parece desplegar una larga serie de dudas que encuentran y no encuentran respuesta.
El proyecto se encuentra sustentado por los textos y fragmentos complementarios de lectura para la reflexión, la forma en que son desplegadas las meditaciones y las citas de los diferentes poemas son meras representaciones de sus lecturas. Alejado a la forma narrativa de las crónicas de Caparrós, por las cuales comencé a guiarme para llevar a cabo el proyecto, creo que encuentra cierta relación en los cambios temáticos, variando entre lo personal, lo histórico y la situación descripta, ordenando al mismo tiempo a la narración de una manera cronológica en hechos, mezclada con recuerdos, testimonios y datos. Mi intención: describir desde el recuerdo abriendo posibilidades de imaginación al lector, sobre todo en las últimas líneas, que no resultan ser final sino inicio a próximo destino, faro guía.
En cuanto a lo personal, me planteé a mi misma un viaje hacia el pasado y el recuerdo buscando constantemente ese nuevo mirar del cual tanto hablábamos al comienzo. Aprendí que las anécdotas y las historias fluyen desde la memoria pero sólo cobran un nuevo sentido cuando uno encuentra la manera de revalorizarlas por más mínimas que sean. Alcanzando así el reencuentro o tal vez, simplemente el encuentro con uno mismo.

Las tres y diez - (María Victoria beistegui)

¿A dónde van las nieblas, la borra del café, los almanaques de otro tiempo?
Julio Cortazar

Estación preferida de lectura: el verano. Época en la cual enfrento la biblioteca y elijo el próximo libro que me va a acompañar en el transcurso de los días. Todos los años la misma costumbre, dándole oportunidad a aquellos los libros abandonados de hacer lucir sus páginas dibujadas.
Entre los montones, uno destacado. El título con el cual se hacía conocer provocaba en mí los deseos de lectura. Tal vez ingenuamente esperaba encontrarme con un hecho misterioso o algo similar. La Borra del Café, en verdad no tenía ni un poco de certeza sobre qué iba a tratar y éste fue el impulso que me llevó a querer sumergirme en él.
A medida que encaminé mi lectura descubrí con sorpresa que el título del libro que tenía en mis manos había logrado engañarme. Los productos de mi imaginación no se hallaban próximos al verdadero relato con el cual me encontraba y sin embargo, eran ahora las anécdotas de Claudio el motor de mi lectura. Un hecho destacado en el texto eran las continuas mudanzas del joven. La descripción minuciosa de los olores, ruidos y todas aquellas adiciones de detalles en apariencia inconexos pero que por alguna razón habían quedado como marca indeleble en su memoria me permitian remontarme con gran facilidad al lugar donde el niño debía “volver a empezar” su vida. Investigando descubrí que el autor del libro había corrido la misma suerte de Claudio: los diferentes traslados y hasta el abandono de su ciudad natal a causa del exilio.
Recuerdo la fluidez con la que las hojas del libro fueron pasando. En especial a partir del momento en el cual Claudio se encuentra por primera vez con la “niña de la higuera”, quien de manera tácita se vuelve tan principal como el personaje mismo del cual trata la historia. Los títulos de los capítulos me incitaban a continuar la lectura y a la vez buscar la relación entre las historias del niño de nacionalidad uruguaya y el título que englobaba al libro en sí.
Al terminar la lectura comprendí que inclusive el cuadro de Gustav Klimt, Mujer con sombrero y boa de plumas que aparecía en la tapa era parte de lo que hacía al libro algo tan significante como el nombre por el cual había definido mi elección, y la historia de vida de Claudio el hilo conector entre ambos. Aquella mujer de aspecto recóndito era la más pura representación de “la niña de la higuera”. Un misterio total.
Hasta el día de la fecha, la borra del café de Claudio aparece en mi biblioteca como uno de los libros más destacados en lo que van de mis veranos gracias a la posible inmersión en el propio recuerdo que genera y un humor nacido del poder mirar atrás cuando lo trágico ya no nos toca y se trastoca en cómico.